jueves, 2 de julio de 2009

Una tradición que va siendo confirmada

El Año Paulino, que se estableció en la Iglesia desde el 30 de junio de 2008, hasta el 29 de junio de corriente año, dejó abundantes frutos que redundará aún en mayor provecho para una espiritualidad vivida desde la Palabra de Dios. Uno de esos frutos ha sido sin duda, el anuncio de los resultados de los trabajos realizados en el sarcófago existente bajo el altar mayor de la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma. Más detalles: El Papa autorizó hace año y medio que se hiciera un pequeño agujero en el sarcófago que, según la tradición, contiene los restos de San Pablo. Por ese agujero se introdujo una sonda con el fin de analizar el contenido del sarcófago. Los resultados de esas investigaciones fueron mencionados por el Papa durante la homilía de clausura del Año Paulino (que ha conmemorado los 2000 años del nacimiento del apóstol), que se celebró ayer en la Basílica de San Pablo Extramuros. La noticia tuvo gran eco internacional. (resumen en ABC; video del fragmento de la homilía, en italiano).
El análisis microscópico ha confirmado que dentro del sarcófago (que no consta que haya sido abierto al menos desde el siglo IV) hay ricos tejidos de lino y púrpura entretejidos con hilos de oro, junto con algunos granos de incienso. Hay también restos humanos de los que, gracias a la sonda, se pudieron tomar algunas muestras: esos restos fueron analizados con el carbono 14 (por un laboratorio que desconocía la procedencia) y confirmaron que pertenecían a una persona que vivió entre los siglos I y II.
“Esos datos parecen confirmar –dijo el Papa- la unánime y firme tradición de que se trate de los restos mortales del apóstol Pablo”. Como debe ser, las palabras del Papa fueron muy prudentes. En realidad, todo parece indicar que la arqueología confirma lo que siempre se creyó: que la basílica está construida sobre la tumba del apóstol. Se repite la misma historia de San Pedro. Ambos templos se construyeron sobre las tumbas de los dos apóstoles, las cuales –a pesar de las vicisitudes de 20 siglos de historia- están situadas justo debajo del altar mayor, en el lugar de mayor relevancia. (En la foto, altar mayor de la basílica de san Pablo con la apertura que se ha practicó para hacer visible una parte externa del sarcófago). (Fuente: La Iglesia en la prensa.com)

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