Así ha editorializado el diario del Vaticano "LÓsservatore Romano", la decisión de la BBC de quitar a Cristo de la historia.
Una hipocresía históricamente insensata.
La noticia de que la BBC ha decidido cambiar la
definición de la fecha —sustituyendo las usuales siglas que evocan el antes de
Cristo y después de Cristo con un genérico «era común» para no ofender a los
creyentes de otras religiones— no ha suscitado grandes reacciones. Aparte de
las de muchísimos no cristianos, que mediante varios portavoces han hecho saber
que no se sentían para nada ofendidos por la datación tradicional. Pero estas
moderadas y respetuosas tomas de posición no han importado a los dirigentes de
la emisora británica, como ya ha sucedido en casos análogos. En realidad, es ya
muy claro que el respeto de las demás religiones es sólo un pretexto, porque
aquellos que quieren eliminar toda huella de cristianismo de la cultura
occidental son sólo algunos laicos occidentales.
Y no es ciertamente la primera vez que
esto ocurre. El intento de cambiar la datación viene de la Revolución francesa, que
impuso un nuevo calendario en el que el cómputo del tiempo comenzaba desde el
14 de julio de 1789, día tradicional del inicio de los movimientos
revolucionarios, e inventó nuevos nombres para los meses, obviamente borrando
las fiestas cristianas, sustituidas por otras «revolucionarias». Las semanas,
para borrar el domingo, fueron sustituidas por las décadas. El calendario duró
poco, eliminado en 1806 por Napoleón: las nuevas fechas tenían algo de postizo
y de ridículo incluso para los más orgullosos ilustrados.
El segundo intento lo realizó Lenin, que
cambió el calendario sustituyéndolo con una datación que partía del golpe de
Estado del 24 de octubre de 1917. Este calendario, que permaneció en vigor
desde 1929 hasta 1940, sustituía las semanas con una escansión de cinco días, y
naturalmente abolía las fiestas cristianas, reemplazándolas con las nacidas de la revolución. Pero tampoco este intento tuvo mucho éxito, como
demuestra el hecho de que se usó paralelamente al calendario gregoriano,
también para mantener relaciones con el resto del mundo. Así fue también para
la datación a partir de la marcha sobre Roma, con la que comenzaba la Era fascista, impuesta por
Mussolini y que, sin embargo, se aunaba a la tradicional, sin pretender
sustituirla.
En resumen, la idea de remover el
calendario cristiano tiene pésimos antecedentes, con numerosos fracasos a la
espalda. Es necesario decir que esta vez la BBC se limita a cambiar la dicción y no el
cómputo del tiempo, pero, haciendo así, no se puede negar que haya realizado un
gesto hipócrita. La hipocresía de quien finge no saber por qué precisamente
desde aquel momento se comienzan a contar los años.
Negar la función históricamente
revolucionaria de la venida de Cristo a la tierra, aceptada también por quien
no lo reconoce como Hijo de Dios, es una enorme tontería. Y desde el punto de
vista histórico, lo saben tanto los judíos como los musulmanes.
¿Cómo se puede fingir no saber que
solamente desde aquel momento se afirmó la idea de que todos los seres humanos
son iguales en cuanto son todos hijos de Dios? Principio sobre el que se fundan
los derechos humanos, en base a los cuales se juzga a pueblos y gobernantes.
Principio que hasta ese momento nadie había apoyado, y sobre el que en cambio
se basa la tradición cristiana.
¿Por qué no reconocer que desde aquel
momento el mundo cambió? ¿Que desaparecieron tabúes e impuridades materiales y
que la naturaleza fue liberada de la presencia de lo sobrenatural precisamente
porque Dios es trascendente? De estas realidades nació la posibilidad para los
pueblos europeos de descubrir el mundo y para los científicos de iniciar el
estudio experimental de la naturaleza que ha llevado al nacimiento de la
ciencia moderna.
¿Por qué entonces negar incluso las
deudas culturales que la civilización tiene con respecto al cristianismo? No
existe nada más anti-histórico ni más insensato, como judíos y musulmanes han
comprendido claramente. No es cuestión de fe, sino de razón. También esta vez.
Lucetta Scaraffia
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