El texto
que sigue fue publicado en el blog “La Bohardilla de Jerónimo”, y se inserta aquí dada la
importancia del tema tratado y los que se tratarán en el futuro, por lo tanto estaremos
atentos para darlos a conocer.
En el
año del 50º aniversario del Vaticano II, se ha abierto en la Universidad Lateranense
el ciclo de conferencias “Releer el Concilio”, en colaboración con el Centre
Saint-Louis de France y la embajada de Francia ante la Santa Sede. En cada
uno de los seis encuentros previstos, un historiador y un teólogo examinarán
importantes documentos conciliares: las cuatro Constituciones, el Decreto sobre
el ecumenismo, la
Declaración sobre la libertad religiosa. El rector de la Lateranense, Mons.
Enrico Dal Covolo, que ha presidido la primera conferencia, dedicada a la Constitución Sacrosanctum
Concilium, ha explicado las finalidades de la iniciativa a Radio Vaticana:
Frente a una situación en la cual muchos
interpretan el Concilio de modos diferentes, me parece importante asumir más
elementos para poder dar una valoración más segura, más confiable. Y esto debe
ser hecho precisamente a nivel científico, como corresponde a una Universidad
Pontificia.
¿Releer el Concilio significa también
enmarcarlo dentro de la gran tradición de la Iglesia, mostrando aquellos elementos de
continuidad con ella?
Esta es precisamente la línea del Magisterio del
Papa Benedicto XVI que nosotros queremos validar a través de esta investigación
– que se inaugura ahora, pero lo haremos a lo largo de estos años – llevada a
cabo revisando archivos que hasta ahora no han sido suficientemente
consultados.
*
El Beato Juan Pablo II escribió: “Para muchos,
el mensaje del Concilio Vaticano II ha sido percibido sobre todo mediante la
reforma litúrgica”, que es objeto de la Constitución conciliar Sacrosanctum Concilium…
Considero que la Sacrosanctum Concilium
debe ser estudiada nuevamente hoy y atentamente: la liturgia es central en la
tradición de la Iglesia.
Hay una interacción recíproca entre el modo de celebrar y de
rezar y los contenidos de nuestra fe.
El profesor Philippe Chenaux, docente de
Historia de la Iglesia
moderna y contemporánea en la
Lateranense y director del Centro de estudios e
investigaciones sobre el Concilio Vaticano II de la misma Universidad, enmarcó la Sacrosanctum Concilium
desde el punto de vista histórico y espiritual:
Ha sido el primer documento aprobado por el
Concilio, al origen de la gran reforma litúrgica post-conciliar. Sin embargo,
es un documento que ha quedado un poco en la sombra, respecto a otros, en los
comentarios hechos después del Concilio. También porque ha sido superado por la
reforma que el mismo documento suscitó en los años posteriores al Concilio. Por
o tanto, me parece correcto comenzar esta relectura de los grandes documentos
del Concilio con esta Constitución, Sacrosanctum Concilium.
La Sacrosanctum Concilium
se inscribe en la entera historia de la Iglesia…
Y obviamente ocupa un lugar particular el
movimiento litúrgico, que nació al final del siglo XIX, en las grandes abadías
benedictinas y que, después de la primera guerra mundial, se trasladó hacia los
ambientes de la juventud católica y luego también hacia las parroquias. El
mismo Pío XII dedicó una gran encíclica, la Mediator Dei,
en 1947, a
la liturgia, que es una forma de reconocimiento de este movimiento litúrgico,
que luego encontrará su consagración durante el Concilio Vaticano II.
¿Cuáles pueden ser definidos los frutos más
duraderos de la
Sacrosanctum Concilium?
Este documento ha previsto una mejor
participación de los fieles en la liturgia. La liturgia es la oración oficial
de la Iglesia,
y por lo tanto no concierne sólo al sacerdote sino a toda la comunidad de los
fieles. Por esto, era también importante introducir, en la liturgia, las
lenguas vulgares.
(Fuente: La Bohardilla de Jerónimo)
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