Cierta
vez, hablando con un grupo de sacerdotes, el Cardenal George, Arzobispo de
Chicago, afirmó que él morirá en una cama, su sucesor en prisión, y quien lo
suceda será mártir. En su columna semanal en el periódico arquidiocesano,
retomó esas afirmaciones – que, aclaró, no buscaban ser proféticas sino ayudar
al Pueblo de Dios a tomar conciencia – y las completó con la frase final, no
publicada en ese momento. Este artículo de Sandro Magister, cuya traducción
ofrecemos, presenta estas declaraciones del Cardenal de Chicago.
El
cardenal Francis George, de 75 años, arzobispo de Chicago y anterior presidente
de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, estaba entre los designados
para participar en el Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización,
concluido el pasado 28 de octubre. Pero no ha podido tomar parte por estar
sufriendo nuevamente por un tumor, como algunos años atrás.
¿Qué
habría dicho en el aula del Sínodo, si hubiera estado presente? La última de
las “columnas” que escribe cada semana para el periódico de su arquidiócesis,
el Catholic New World, parece responder precisamente a esta pregunta. Ésta
tiene por título “El lado equivocado de la historia” y es una fuerte crítica –
desde el lado de Cristo – de aquel moderno dragón que es la corriente de
secularismo que embiste a la sociedad occidental. He aquí los pasajes
centrales, que hacen una directa referencia a las elecciones presidenciales
americanas para luego referirse a Occidente y al mundo. Con una instructiva
alegoría sobre el futuro de la Iglesia.
*[...] La actual
campaña política ha llevado al descubierto en nuestra vida pública el
sentimiento antirreligioso, en gran parte explícitamente anticatólico, que está
creciendo desde hace décadas en nuestro país. La secularización de nuestra
cultura es un problema mucho más amplio que las causas políticas o los
resultados de la presente campaña electoral, por más importante que sea.
Hablando algunos años atrás a un
grupo de sacerdotes, sin ninguna referencia al actual debate político, he
tratado de expresar de un modo bastante dramático a lo que puede llevar una
completa secularización de nuestra sociedad. Estaba respondiendo a una pregunta
y nunca se transcribió lo que dije, pero mis palabras fueron capturadas por el
smartphone de alguno y ahora circulan en Wikipedia y en otros lugares del mundo
de la comunicación electrónica. Soy citado (correctamente) mientras decía que
preveía para mí morir en una cama, para mi sucesor morir en prisión, y para su
sucesor morir como mártir en la plaza pública. Pero las citas omiten la frase
final que añadí a propósito del otro obispo que sucedería al obispo pensado
como mártir: “Su sucesor recogerá los escombros de una sociedad en ruinas y
poco a poco ayudará a reconstruir una civilización, como la Iglesia ha hecho
tantas veces en el curso de la historia humana”. Lo que dije no es “profético”
sino que es un modo de ayudar a la gente a pensar más allá de las categorías
habituales, que limitan y a veces envenenan el discurso tanto privado como
público [...]
El himno no oficial del secularismo,
hoy, es “Imagen” de John Lennon, en el que somos animados a imaginar un mundo
sin religiones. Pero nosotros no debemos imaginar un mundo similar; el siglo XX
nos ha dado terribles ejemplos de tales mundos.
En lugar de un mundo que vive en paz
porque está sin religiones, ¿por qué no imaginar un mundo sin Estados naciones?
[...] La amenaza más grande a la paz del mundo y a la justicia internacional es
el Estado nacional convertido en maligno, que pretende un poder absoluto, que
toma decisiones y fabrica “leyes” que superan sus competencias. [...]
Un mundo que se ha alejado de aquel
Dios que lo ha creado y redimido corre inevitablemente hacia la ruina. Está del
lado equivocado de la única historia que al final importa. El sínodo sobre la
nueva evangelización se ha tenido en Roma este mes de octubre precisamente
porque enteras sociedades, especialmente en Occidente, se han puesto del lado
equivocado de la historia [...]
(Fuente: La Bohardilla de Jerónimo)
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