«Todos
los días se celebra la Eucaristía. De modo especial, el domingo es el
día de la Eucaristía, la Pascua semanal, el día de la Iglesia convocada
por el Señor resucitado. Aunque el domingo sea el día más eucarístico de
la semana, cada día se celebra la Eucaristía, y se actualiza por lo
tanto el misterio pascual de Cristo. De modo magistral lo ha expresado
el Papa Juan Pablo II en la encíclica Ecclesia de Eucharistia: La
Iglesia vive continuamente del sacrificio redentor, y accede a él no
solamente a través de un recuerdo lleno de fe, sino también de un
contacto actual, puesto que este sacrificio se hace presente,
perpetuándose sacramentalmente en cada comunidad, que lo ofrece por
manos del ministro consagrado. De este modo, la Eucaristía aplica a los
hombres de hoy la reconciliación obtenida por Cristo una vez por todas
para la Humanidad de todos los tiempos.
El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son un único sacrificio. Ya lo decía elocuentemente san Juan Crisóstomo: Nosotros ofrecemos siempre el mismo Cordero, y no uno hoy y otro mañana, sino siempre el mismo. Por esta razón, el sacrificio es siempre uno solo. También nosotros ofrecemos ahora aquella víctima, que se ofreció entonces, y que jamás se consumirá».(fuente:Juan Javier Flores Arcas, OSB - Conocereis de verdad.org)
El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son un único sacrificio. Ya lo decía elocuentemente san Juan Crisóstomo: Nosotros ofrecemos siempre el mismo Cordero, y no uno hoy y otro mañana, sino siempre el mismo. Por esta razón, el sacrificio es siempre uno solo. También nosotros ofrecemos ahora aquella víctima, que se ofreció entonces, y que jamás se consumirá».(fuente:Juan Javier Flores Arcas, OSB - Conocereis de verdad.org)