DE LA IMITACIÓN DE CRISTO
- Hijo, ahora te indicaré el camino que lleva a la paz y a la
verdadera libertad.
- Haz, Señor, lo que dices y tendré sumo placer en oírte.- Esfuérzate, hijo, en cumplir antes la voluntad de otros que la tuya. Elige siempre tener menos que más. Busca siempre el lugar más bajo y está sometido a todos. Procura siempre y pide que se cumpla íntegramente en ti la voluntad de Dios. Un hombre que haga eso ya ha entrado en el reino de la paz y la tranquilidad.
- Señor, estas pocas palabras tuyas contienen una doctrina de
mucha perfección. Son breves en decirse pero ricas en significado y frutos
abundantes. Si yo las pudiera guardar fielmente, la turbación no entraría en mí
tan fácilmente. Porque todas las veces que me siento inquieto y apesadumbrado,
reconozco que fue por haberme apartado de esta doctrina. Pero tú, que todo lo
puedes y siempre deseas el progreso del alma, otórgame gracias más abundantes
para que pueda cumplir tu enseñanza y hacer lo que conviene para mi salvación. (Libro III-Cap.23,1-4)
La verdad es que es escueto el mensaje pero lleno de complicadas lecciones a seguir. Desde luego que para encontrar la tranquilidad del alma es realmente difícil, por lo meno para mí, pero el camino está claro. Buena entrada. Un abrazo
ResponderEliminar